Resolver problemas no es lo mismo que tomar decisones, pero suelen ir unidos.
Siempre surgen problemas, problemas que son complejos y multifactoriales, sin enunciados, ni fórmulas, ni datos, ...La solución buena al problema será la que funcione, pero ¿cuál es?
Una pauta a seguir que puede ayudar a resolver un problema complejo es reducirlo a otros más simples. Para ello es imprescindible conocer los puntos críticos, aquellos donde un problema genera otro más grande, donde siempre surgen las complicaciones.
Es necesario investigar, recabar información, cuanta más mejor porque así se tendrá más probalidad de obtener datos fiables para llegar a la raíz del problema. Hay que ser creativo dentro de las posibilidades reales, contar con los recursos que se tienen al alcance, querer resolver el problema y finalmente hacerlo.
Una decisión es buena cuando permite conseguir lo que se busca. Se deben tener los objetivos claros y estos han de ser concretos, cuantificables, ambiciosos pero razonables y no hay que ser inflexible.
Para tomar una buena decisión hay que tener en cuenta que ésta será un compendio de información, riesgo y personalidad del sujeto encargado de llevarla a cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario