En clase de FOL se ha hablado de macro y microeconomía y de cómo las personas debemos procurar que nuestro día a día dependa lo menos posible de la marcha de los grandes números. Pero esto no es tarea fácil, no siempre somos dueños de la marcha de nuestra microeconomía.
Resulta que la Renta Nacional, la riqueza que se ha creado realmente, no es lo que llega al ciudadano. A nosotros nos llega la Renta Personal Disponible, lo que queda después de que el Estado recauda y distribuye. Ese "trozo del pastel" será más o menos grande dependiendo de unos indicadores socio-económicos: la Tasa de Desempleo y la Inflación.
Si se reduce la tasa de desempleo, en principio habrá más acceso a la tarta pero si el empleo es de baja calidad ese trozo no será muy grande porque no conseguiremos alcanzar una renta digna. Si por otro lado, la inflación de los precios aumenta, nuestra renta tendrá menos poder adquisitivo.
De nada nos servirá tener un trabajo más o menos remunerado y ser una hormiguita, el reparto del pastel no lo hacemos nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario